NUESTRO GALLO DE ENERO, TARDÓN QUE ES, NO CACAREA, DECLAMA Y LLAMA A NURIA LLOP
Aquí
está ya preparado nuestro querido emplumado, deseoso de llegar a su destino.
Desde que se ha enterado que marcha con Nuria LLop se ha puesto sus mejores
galas (un jubón de tafetán amarillo, calzas a juego bajo unos zaragüelles,
también de tafetán, esta vez encarnado, con ribetes del mismo tejido amarillos
y blancos) y se pasa todo el día declamando; tanto es así que, a muy temprana
hora, no nos despierta con sus quiquiriquí, no…, sino que nos deleita con algún
pasaje de alguna obra de Lope (Don Félix Lope de Vega y Carpio) o de Calderón
de la Barca.
Nos
gusta la romántica, pero también nos encanta la histórica, así que: ¿cómo no
caer de rodillas ante las maravillosas historias que Nuria Llop sitúa en
nuestro maravilloso, si maravilloso de nuevo, Siglo de Oro? Y es que las novelas de Nuria (La joya de mi deseo, La diosa de mi tormento
y Una farsa imprudente -en orden
de publicación- El regalo más dulce) nos
trasladan al mundo del teatro de la segunda década del seiscientos hispano,
momento aciago social y económicamente, pero más que fecundo en el panorama
cultural y artístico. Las tramas se desarrollan entre las bambalinas de un
corral de comedias, los enredos se suceden en las calles de ese Madrid de los Austrias,
situaciones que dan lugar a equívocos, personajes que toman vida en el cuerpo
de músicos, actores, jóvenes viudas, costureras…, que nos presentan unas
historias de amor realmente deliciosas.
En una
ocasión, pude preguntarle a Nuria sobre el tema de la documentación a la hora
de escribir. Recuerdo con gran alegría como me comentaba que para ella era
parte primordial del proceso (y eso, señoras y señores, se echa muy de menos
hoy en día) y, en particular, comentó como había buscado qué tipo de flor
podría florecer en ciertas épocas del año en una determinada zona (¿Segovia?),
ya que uno de sus protagonistas regala un precioso ramo de esas flores a su
amada.
Con una
prosa elegante, para nada recargada, fluida, mostrando un gran conocimiento de
la época, es imposible no disfrutar de sus lecturas. Pasaréis las páginas,
sabedores de los enredos y equívocos, con cierta sonrisa en vuestras caras
esperando ese momento en que todo se resuelva y, finalmente, los protagonistas
encuentren ese amor que ponga el punto y final feliz de toda historia romántica que se precie.
He de
decir que El secreto de una dama,
recién salido del horno, aún no hemos podido leerlo, pero está en esa
maravillosa lista de “libros para ser disfrutados” y estamos seguras de que no
nos va a defraudar.
Y aquí está nuestro pequeño pero sentido reconocimiento a
una de las grandes de la romántica histórica español: Nuria Llop Piza. Recomendada
tanto para los amantes de la literatura histórica, como para los de la literatura
romántica.